El Maximo goleador se marcha a la liga saudí
Mateo Retegui se marcha a Arabia Saudí y su decisión deja un poso extraño, de esos que invitan a pensar en qué punto está realmente el fútbol. A sus 25 años, el delantero ítalo-argentino ha decidido cerrar la puerta de la Serie A para embarcarse en un proyecto que, por más que nos lo quieran vender como deportivo, es sobre todo económico. Un contrato millonario y un contexto de lujo, sí, pero a cambio de perder el pulso competitivo que solo Europa puede ofrecer.
Retegui aterrizó en el Genoa hace apenas un año con la vitola de ser el '9' que necesitaba tanto el club como, en el fondo, la selección italiana. Venía de Argentina, de marcar goles con el Tigre, y en sus primeras apariciones con la Nazionale convencía por garra y olfato. El problema es que la exigencia europea es otra cosa: en Italia dejó un balance discreto —7 goles en Serie A—, insuficiente para pensar que sería la solución a los problemas crónicos de gol de la Azzurra. Ahora se va dejando la sensación de que su historia en el viejo continente apenas ha comenzado y ya se ha terminado.
El Genoa, que pagó cerca de 12 millones por su fichaje, cierra la operación con un beneficio: se habla de 18 millones pagados desde Arabia. Es un negocio redondo para un club que necesita liquidez, pero también es un síntoma de lo que se ha convertido el mercado: cualquier talento que promete algo —aunque no lo suficiente— recibe propuestas mareantes desde ligas emergentes que viven un boom artificial basado en dinero estatal.
Habrá quien defienda que la Saudi Pro League crece, que cada año suma figuras, entrenadores de prestigio, infraestructuras de primer nivel. Pero la realidad es que, hoy por hoy, la élite futbolística sigue en Europa. Irse a Arabia a los 25 años, cuando aún tienes recorrido para explotar en el máximo nivel, solo significa una cosa: el dinero ha ganado. Y no es una crítica, es un hecho.
Retegui tendrá sus motivos. Triplica sueldo, firma un contrato largo y probablemente viva con menos presión. La selección, eso sí, queda lejos. Spalletti ha dejado claro que quiere jugadores al máximo nivel competitivo y salvo que Retegui rompa la liga saudí de forma escandalosa, será difícil verle con la camiseta azul en los próximos años. Una pena, porque el perfil del delantero de área, potente, incómodo para las defensas, sigue siendo necesario en la Italia de siempre.
Mientras tanto, en Génova ya trabajan en buscar un reemplazo. Y en Italia se abre de nuevo el debate: ¿por qué los talentos jóvenes no se consolidan en la Serie A? ¿Por qué la tentación del dinero saudí es tan fuerte? Lo de Retegui no es solo su historia. Es la del fútbol moderno, donde cada verano parece que lo deportivo es solo la excusa para tapar las cifras que realmente mueven el tablero.
Yo, desde aquí, lo lamento. Porque Retegui tenía margen, tenía futuro. Pero, como muchos otros, ha elegido otra cosa.