Joya colombiana cerca de la Serie A

Roma es una ciudad donde el fútbol siempre es un asunto de Estado. La llegada de Daniele De Rossi al banquillo ha reavivado un sentido de identidad y exigencia que no admite medias tintas. Y en medio de ese proceso de reconstrucción aparece un nombre que, hasta hace poco, era desconocido para la mayoría de aficionados romanistas: Richard Ríos. El colombiano, que brilla en Palmeiras, ha despertado el interés del club italiano. Pero ¿qué hay detrás de este supuesto interés y quién es realmente este mediocentro que seduce al fútbol europeo?
Ríos no es el típico mediocampista que uno espera encontrar en Sudamérica. No es el ‘enganche’ clásico ni el volante de despliegue inagotable. Su juego se mueve entre la elegancia técnica y la firmeza táctica. Un híbrido difícil de encontrar en tiempos de fútbol acelerado y físico. En Palmeiras se ha hecho un lugar en un vestuario plagado de talento, gracias a su capacidad para equilibrar el equipo, iniciar jugadas y, cuando hace falta, romper líneas con criterio.
La Roma lo mira porque, sencillamente, no tiene a nadie igual. Cristante y Paredes son cumplidores, pero el equipo necesita más variantes para no morir en la monotonía del pase lateral. La Serie A se ha vuelto una jungla estratégica donde la polivalencia y la inteligencia en el mediocampo son imprescindibles, y Ríos encaja en ese molde que De Rossi, como exjugador de la casa, sabe valorar como pocos.
Pero más allá del interés deportivo, hay una cuestión económica que condicionará cualquier movimiento. Palmeiras no está dispuesto a regalarlo y, con la inflación del mercado sudamericano, el pase del colombiano podría rondar cifras que en Roma deberán pensar dos veces antes de desembolsar. Sobre todo porque no es un fichaje mediático, de esos que venden camisetas y titulares, sino una apuesta de riesgo calculado.
Richard Ríos, por su parte, se deja querer. Sabe que Europa es el trampolín definitivo para consolidarse como futbolista de élite. No es casual que en la última Copa América sus actuaciones con Colombia no pasaran desapercibidas. El escenario internacional le abrió puertas y la Roma parece querer cruzarlas antes que otros.
Queda por ver si el interés se transforma en oferta concreta o si se queda, como tantas veces, en una cortina de humo de mercado. Pero lo cierto es que la Roma necesita un mediocentro con carácter y futuro, y Richard Ríos encaja en esa ecuación. Puede que en Trigoria ya estén haciendo cuentas. Puede que en Brasil ya hayan empezado a oler la despedida.