Ecuavóley, el deporte que une a la comunidad ecuatoriana en España
En las calles de Barcelona y sus alrededores, un deporte nacido en Ecuador va ganando terreno entre la comunidad migrante y despertando el interés de quienes lo descubren. Se trata del ecuavóley, una modalidad única que combina el fútbol y el voleibol en una mezcla vibrante, rápida y muy social.
Cada fin de semana, hasta 400 personas se reúnen para jugar en un terreno cercano al antiguo hotel Rey Juan Carlos I, en L’Hospitalet de Llobregat. Allí, entre risas y gritos de ánimo, hombres y mujeres de todas las edades se entregan a una práctica que no solo es deporte, sino también un vínculo cultural y un espacio de identidad comunitaria.
Pero el camino del ecuavóley en España no ha sido fácil. A pesar del entusiasmo, la mayoría de sus partidarios se ven obligados a jugar en descampados y zonas precarias, sin el respaldo oficial ni instalaciones adecuadas. La falta de reconocimiento oficial complica la organización de torneos y limita su expansión más allá de la comunidad ecuatoriana.
En ciudades como Madrid, el deporte enfrenta incluso barreras burocráticas e institucionales, donde las solicitudes para oficializar la disciplina han encontrado obstáculos. Sin embargo, la embajadora de Ecuador en España, Wilma Andrade, ha abogado públicamente por la oficialización del ecuavóley, señalando que facilitaría la práctica y fortalecería los lazos culturales en la diáspora.
Mientras tanto, el ecuavóley continúa ganando popularidad gracias a la transmisión de sus encuentros en redes sociales, que congregan a una audiencia cada vez mayor. La próxima gran cita será la final de la Copa Canela, que se celebrará en Madrid y promete ser una fiesta deportiva y cultural.
Este deporte, más que un simple juego, representa la lucha por mantener vivas las raíces y construir comunidad en tierras lejanas, uniendo a generaciones y celebrando la alegría a través del movimiento y el balón.